
CONGREGACIÓN SAN JOSÉ DE TARBES.
«Ser para Dios y ser para los demás.»
- Las Hermanas de San José de Tarbes, somos una Comunidad Religiosa de mujeres, llamadas desde lo mas profundo de nuestro corazón por el Señor y enviadas al mundo “Ser de Dios y para los demás». Nuestros orígenes tiene lugar en una pequeña aldea llamada Cantaous, pueblo perteneciente a la Provincia de Tarbes al sur de Francia en el año 1843. Nuestras fundadoras fueron seis jóvenes que sintieron el llamado de Dios de forma particular y luego se lo comunicaron entre ellas, respondiendo JUNTAS a esta invitación del Señor para desarrollar en ellas a este gran Proyecto que Dios les tenia. Nuestro origen comunitario y nuestro carisma: “Enraizadas en el amor del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo; estamos llamas juntas a ser para Dios y Para los Demás y a vivir y a construir la Comunión en nuestras comunidades y en el mundo” , revela tres características esenciales, que son LA CONTEMPLACIÓN, LA FRATERNIDAD Y LA DISPONIBILIDAD; estos tres rasgos son los pilares fundamentales de nuestra Espiritualidad de “Comunión” a imagen de la Santísima trinidad y del hogar de Nazareth.
- Cada una de nuestras hermanas, desde sus Comunidades, Provincias y Regiones, siempre “juntas” con Cristo y custodiadas por nuestro patrono San José, modelo de fidelidad y obediencia a Dios, avanzamos en nuestra misión de ser “Profetas de Comunión”, siempre atentas a la voz de Dios y a los signos de los tiempos y en y desde la realidad de cada uno de los pueblos donde el Señor y nuestra congregación nos envía.
HISTORIA DE LA CONGREGACIÓN “SAN JOSÉ DE TARBES”
- Cantaous es una aldea muy pequeña, situada a los pies de los Pirineos franceses, en el extremo oriental de la meseta de Lannemezan y a unos diez kilómetros al oeste de Montrejeau. Es allí, en ese escondido pueblecito de sur de Francia, donde nace nuestro Instituto.
- La historia se remonta a 1841, cuando apenas estaba habitada por unas sesenta casas que dependían de Tuzaguet, otro pueblecito cercano apenas mayor que Cantaous. Sus habitantes eran gente sencilla y de fe profunda; una fe que no pudo ser destruida ni por la misma Revolución; al contrario, la exaltó. La aldea se convirtió en ese momento en un asilo seguro para muchos sacerdotes perseguidos.
La Iglesia era el centro del pueblo, una construcción que data, aparentemente, desde 1803. Por otra parte, parecería que la Virgen hubiera privilegiado todos estos lugares pirenaicos, pues Cantaous está situado en una zona muy cercana al Santuario de Garaison, donde María se hizo presente en forma visible y, también, cerca de Lourdes, lugar preferido por la Virgen para sus apariciones y milagros, desde 1858.
Así era el ambiente y el lugar donde el Instituto de las Hermanas de San José de Tarbes echó raíces. En 1841, seis jóvenes campesinas concibieron la idea de SER PARA DIOS.
Ninguna había recibido la influencia de nadie… Soñaban con una vida de claustro, de las más penitentes y sacrificadas…
LETANIAS A NUESTRAS FUNDADORAS.



